Promover la diversidad de género es tarea de todos, todas y todes

 

Por Joel Demera, estudiante de Comunicación

 

Al hablar de la diversidad de género es referirse a tópicos de la identidad de un individuo, de su vida cotidiana y de los derechos humanos. Es importante entender que en este tema estamos inmersos todas las personas, comprendiendo que de una u otra manera somos seres distintos. Es decir, que tenemos una orientación sexual que la expresamos de manera diferente, en que cada persona pueda desplegarse y desarrollarse tal cual es en pensamiento y sentimiento. En este punto, cada sujeto en la sociedad cumple un rol fundamental. Y el nuestro es dar lugar a un mayor crecimiento colectivo, en el que se priorice y se de relevancia a la tolerancia, al amor y el respeto entre todos.

 

Bajo ese precepto, en la actualidad, hablar de diversidad de género es un tema del que a través del tiempo se ha conseguido grandes cambios positivos para la sociedad. Sin embargo, considero que aún se puede trabajar mucho en ello. El objetivo, lograr un mundo inclusivo y megadiverso. Este se puede lograr sólo con una perspectiva y una visión amplia para disminuir los estereotipos sociales que todavía quedan latentes en la cotidianidad. Por ello, considero que para erradicar la intolerancia es importante que las familias inculquen los buenos valores -sin discriminación alguna- hacia sus hijos a partir de la infancia. Además, es importante mencionar que es de suma relevancia que como sociedad entendamos que todos somos iguales, que tenemos los mismos derechos y que no debemos darle cavidad a los prejuicios sociales, sino que más bien promovamos el amor, el respeto, la solidaridad y la inclusión en todo momento. Que simplemente debemos entender que todos somos seres humanos y que tenemos que hacernos la vida mucho más fácil, dejar los complejos y sólo así la realidad de muchas personas va a cambiar.

 

Finalmente, quiero dejar por sentado que seamos seres humanos condescendientes, que abracemos la diversidad, respetemos a todos, todas y todes, que sepamos escuchar y seamos empáticos. Si somos tolerantes e inclusivos seremos una sociedad más culta, inteligente y, sobretodo, más humana. De esta manera los individuos estén dispuestos a absorber nuevos conocimientos, experiencias y sentimientos de otras personas; siempre abiertos a nuevos aprendizajes. Esto ayudará que en la posteridad lograremos un mundo libre, igualitario y sin discriminación.

 

¡Salud por todos, todas y todes nosotros!