Por Génesis Piguave, estudiante de Comunicación
La mujer desde el inicio de los tiempos tiene el privilegio de poder crear una nueva vida dentro de su vientre, pero qué sucede con su función en el campo laboral. Acaso tiene las mismas posibilidades que los hombres.
Lo he vivido en carne propia. Para una mujer es más complicado conseguir un puesto de trabajo a diferencia de un hombre. Los trabajos están clasificados. Y es que de cada 10 plazas de trabajo, uno es para las mujeres y nueve para los hombres. Por eso aún las féminas no logra superar al ‘macho alfa’ en el ámbito laboral. Es cierto que actualmente esa desigualdad va disminuyendo. No obstante, nos objetamos hasta cuándo seguiremos luchando contra ello o cuánto tiempo más llevaremos esa lucha.
Aún existen mujeres que siguen viviendo bajo la sombra del género masculino. Se ve en las diferentes empresas donde los ascensos siempre van dirigidos a ellos, aunque la mujer tenga más posibilidades y mejor conocimiento. Vivimos sin equidad, ni igualdad a diferencia de lo que comúnmente se cree.
El artículo 4 de la Constitución de la República de Ecuador dice textualmente: “El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta deberá establecer mecanismos e instituciones suficientes para garantizar la igualdad y promover la equidad de género, especialmente en el caso de mujeres trabajadoras y jefas de familia, además de proteger la organización y el desarrollo de la familia”.
Es una lucha que se vive día a día. Tratamos de hacer frente a la desigualdad. Queremos equidad en el campo laboral, tener las mismas oportunidades que los hombres, crecer con los mismos beneficios, que no exista la discriminación en plazas de trabajo que por años han sido asignadas a los hombres. La mujer tiene un papel fundamental en la reactivación económica justa y equitativa en el país.