Cada 26 de julio se celebra por todo lo alto la festividad en honor a Nuestra Señora de Santa Ana y San Joaquín, considerados por la fe cristiana como los Padres de la Virgen María y abuelitos de Jesús siendo proclamados por la Iglesia Católica como patronos de los abuelos.
Por Veimer García Pinargote, estudiante de Comunicación
Redacción Manabí
En el cantón Santa Ana, de la provincia de Manabí, existe un gran fervor y muchos feligreses piden cada año su intercesión para recibir de parte de Dios un favor especial.
La Licenciada María Soza Macías, una santanense con 47 años al servicio de la Iglesia en el ámbito catequético, expuso que esta devoción lleva más de 100 años de historia, según el patrimonio de los libros que permanecen en la parroquia eclesiástica.
Ella nos dice que los abuelos contaban el por qué la construcción del templo en este lugar y el porqué de nuestra patrona. En este lugar se encontró en época de invierno, una imagen de Nuestra Señora Santa Ana, luego del hallazgo, la llevaron hacia otro lugar para construir el templo, pero milagrosamente la imagen volvía a buscar el lugar donde se la encontró y fue en el centro de la ciudad ahí donde se llevó a cabo la construcción.
A lo largo de este mes de julio se realizan actividades religiosas que tienen un recogimiento espiritual, iniciando con un quincenario desde el 12 de julio y en el transcurso de estos días se efectúan diferentes misas donde participan los habitantes de comunidades. Luego, el rosario de la Aurora, que se desarrolla a las 5 de la mañana y termina con la celebración de la Eucaristía en un sector cada día. También está el acompañamiento musical de la banda de pueblo en la entrada del templo. Todo esto con la participación de las diversas comunidades que llegan en romerías siguiendo la tradición de sus ancestros trayendo una imagen de la Santa, cargada en andas, niños de ángeles, otros con hábitos que representan al manto de Santa Ana, cánticos a la Virgen María y versos.
El desarrollo del baile de la cosecha, con el ideal de confraternizar entre comunidades y dar gracias a Dios por los frutos de la tierra, cerrándose esta actividad con la feria de productos.
Estas fiestas concluyen con actos especiales. El 25 por la noche se celebra una misa llamada de la víspera, luego de esta la música pone un toque mágico de incentivación espiritual, ya que la serenata es dedicada a la Patrona.
El 26, fecha de fiesta, se celebran dos eucaristías. La primera es en la mañana, conocida como la misa solemne, presidida por el Obispo Auxiliar y la otra por de la noche, dada por el Arzobispo. Posteriormente, la procesión con la imagen, recorrido que se hace por diferentes sectores de la ciudad.
Como dato adicional, durante este año se ha efectuado las primeras comuniones en zonas pastorales, contando como invitada de honor la imagen de la Patrona, dando así realce a las fiestas patronales.