Por Arturo Sánchez Ochoa, estudiante de Comunicación
Un día 23 de junio del año 2001 nací en una clínica privada de la ciudad de Guayaquil. Mi nacimiento no fue lo que esperaban unos padres ansiosos por conocer a su recién nacido. Nací con problemas respiratorios por lo que tuvieron que conectarme a un respirador artificial.
Mis pulmones estaban inmaduros, estuve conectado a muchos aparatos alrededor de todo mi cuerpo. Fue en el hospital Roberto Gilbert donde los médicos tratantes hicieron todo lo humanamente posible para salvarme, pues tenía pocas probabilidades de sobrevivir.
Me dieron 2 paros cardiacos, y sufrí de hipertensión pulmonar. Como mi mamá no podía alimentarme estuve muy deshidratado, débil y anémico. Por lo que en varias ocasiones necesitaba de transfusiones de sangre y plasma (mi tipo de sangre es muy difícil de conseguir ya que soy A-)
Después de varios días de tratamiento, medicamento, transfusiones, me sometieron a la prueba más importante de mi vida. Era el momento de lactar, estuve rodeado por muchos médicos que decían que si no lactaba tenía un daño cerebral, pero gracias a Dios que siempre estuvo presente lo logré.
A los 10 días después de esto me dieron el alta médica, pero con una serie de recomendaciones y con terapias de estimulación, chequeos constantes de cardiología, neumología, pediatría, pues los médicos aseguraban que iba a tener retraso en todo, en el habla, caminar y más, pero esto no fue así. Gracias a los cuidados y estímulos de mis padres todo marchó con normalidad.
Al cumplir mi primer año de vida puedo decir que estuve totalmente recuperado. Gracias a Dios tuve una infancia feliz y sin problemas de salud. Desde la época de colegio mi sueño era ser futbolista, pero por el temor de mis padres nunca pude ingresar a una escuela de fútbol.
Puedo afirmar que soy un luchador, ya que pasé por muchas adversidades y las pude superar, estoy feliz porque me he criado en una buena familia y siempre pongo en práctica los valores aprendidos en casa. Además, estoy muy agradecido con mis papás y hermanos ya que siempre me apoyan en las decisiones que tomo.
En la actualidad me encuentro estudiando la etapa final de la carrera de comunicación social y tengo planeado viajar al extranjero para especializarme en mi pasión, el periodismo deportivo, además de estudiar inglés y poder viajar por todo el mundo.
El título de esta corta historia hace mención a Agustín de Hipona, considerado como el doctor de la Iglesia y uno de los más importantes del primer milenio.