Aún no hay medicinas. Pacientes vulnerables y con enfermedades catastróficas siguen esperando los fármacos para seguir con tratamiento. Hace un mes se declaró la crisis de salud en el país y aún no hay respuestas.
Por: Valeria San Martín R., estudiante de comunicación
Con el plan de vacunación efectuado en los primeros días de gobierno de Guillermo Lasso, la mayoría de ciudadanos tuvimos una expectativa muy alta de lo que sería la gestión de las autoridades para el campo de la salud. Sin embargo, estamos en un hoyo que no parece tener una salida cercana: sin medicinas, sin atención oportuna, sin insumos básicos y sin el personal suficiente para que el sistema de salud pública no colapse.
Haciendo un breve recuento de las promesas que no se han podido cumplir, una de ellas es la anunciada en diciembre de 2021, mes en el que con bombos y platillos se difundió la compra “masiva e inmediata” de 200 tipos de medicamentos para todas las patologías que logren abastecer esa cartera de Estado y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
En ese entonces la ministra de Salud, Ximena Garzón, durante un conversatorio con los medios de comunicación dijo que se trata de un proceso excepcional, pues será una compra conjunta entre el Ministerio de Salud y el IESS. Pero hasta hoy no existen las medicinas para enfermedades catastróficas y otras más que se han sumado a la lista.
Incluso, las derivaciones que se hacían desde el IESS a Solca ya no van a ser efectuadas, según el último anuncio del Directorio de Solca. Esto a causa de los más de 100 millones de dólares que no se ha pagado a esta entidad, pese a los acuerdos que se han realizado en meses anteriores con el gobierno actual.
Todos estos factores influyen en el actual estado de emergencia que se encuentra la salud en nuestro país, declarado el 22 de junio de 2022; es decir, recién hace un mes las autoridades se dieron cuenta de que el pueblo está en emergencia sanitaria. La resolución 0012 señala en su artículo 01 que la entidad determinó “declarar emergencia en el Ministerio de Salud Pública, debido al desabastecimiento de medicamentos e insumos médicos, que se encuentran en ruptura de stock y riesgo de ruptura a nivel nacional”.
Pese a todos estos intentos, la rutina sigue siendo la misma. Por ejemplo, una persona con cáncer se acerca al Hospital Carlos Andrade Marín de Quito, va a farmacia y le dicen que aún no llegan las medicinas, que esté pendiente de un link en el que se puede verificar el stock en los diferentes hospitales del IESS y centros de salud. Una vez verificada la plataforma, se evidencia que gran parte de los medicamentos para estas enfermedades están en 0.
Evidentemente en esta crisis están involucradas también las grandes farmacéuticas que tienen precios incontrolables y entre ellas afianzan convenios para ser los mejores oferentes. Toda esta red de corrupción en el país solo perjudica a los más vulnerables, que son aquellos que esperan tres horas o más para ser atendidos.
Hay médicos que trabajan incansablemente por atender a tan alta demanda, aun cuando no han sido reconocidos como se debe por todo el sacrificio y profesionalismo que brindaron en plena pandemia. Al contrario, según las últimas cifras otorgadas por el colectivo Re Acción Ecuador, más de 500 médicos y trabajadores de la salud han sido despedidos de hospitales públicos.
Miguel Ángel Crespo especialista en medicina de emergencias y parte del colectivo Re Acción Ecuador dijo que los médicos y enfermeras que han sido desvinculados tenían contratos ocasionales de dos años para atender la emergencia sanitaria por covid-19, pero en ese tiempo “hemos firmado alrededor de seis contratos, convertido así en una necesidad del hospital”, señaló.
De acuerdo a la información mencionada por Crespo, el personal de salud que tenía contratos ocasionales se acercó a las autoridades locales de los hospitales y “no nos han sabido dar una respuesta definitiva”. Entre el personal de despedidos están:
-160 profesionales de la salud en el Hospital IESS Quito Sur
-23 trabajadores y trabajadoras en el Hospital del IESS de Ambato
-30 desvinculaciones en Riobamba
-40 personas del Hospital del IESS de Quevedo
-15 personas desvinculadas del Hospital del IESS de Latacunga
Crespo menciona que entre el personal que fue notificado están enfermeras, personal especialistas, paramédicos, auxiliares de enfermería, de laboratorio y centro de imágenes. De manera que suman que entre 300 y 400 sanitarios que se han quedado “sin posibilidad de trabajar”.
Foto tomada de la web de la Contraloría del Estado.